Robótica y salud
Hay
3 direcciones que podemos destacar:
Primero,
los robots que operan. Con pequeñas incisiones, un robot fino acompañado de
cámaras puede acceder a lugares del cuerpo sin tener que abrir toda el área que
antes era necesaria para que el cirujano pudiese operar manejando los
instrumentos con sus manos, además del campo visual. La precisión en estas
operaciones es sorprendente. La incisión es mínima, lo que adelanta considerablemente la
recuperación del paciente.
También
encontramos robots en farmacia. Conectados mediante diferentes vías al cuerpo
del paciente impedido, administran las
dosis exactas de diferentes medicamentos.
Muy relevantes son las prótesis mioeléctricas en pacientes amputados. La prótesis reproduce los movimientos de la extremidad. Es destacable en estas prótesis que la señal eléctrica inicial parte del cerebro. Los músculos envían mensajes a los sensores de las prótesis y el sistema electrónico reproduce los movimientos. Las más novedosas utilizan los nervios que quedan en el muñón del paciente, de tal forma que la prótesis se mueve con el mismo pensamiento que teníamos antes de la amputación cuando queríamos mover la extremidad. Los nervios que quedan en el muñón son los que la retransmiten la señal al motor del robot. Lo que hace el robot es amplificarla para que sea suficiente para producir movimiento. Estas señales se conocen como señales mioeléctricas.
REFERENCIA:
Berges, G. (27 de junio de 2013). blogSEAS. Recuperado el 15 de octubre de 2018, de blogSEAS: https://www.seas.es/blog/automatizacion/la-robotica-aplicada-a-la-medicina/
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